¿Qué hacer si tu hijo no quiere estudiar?
Consejos,Educación en Familia,Comportamiento
Laura Calaf
6 min
Desmotivación escolar. Un concepto que desgraciadamente está cobrando cada vez más fuerza en el ámbito educativo. El fracaso y el abandono escolar en España preocupa a muchos padres. Y es que la edad en la que suelen perder la motivación por el estudio cada vez parece ser más temprana, algo realmente alarmante.
Hemos hablado con la psicóloga y terapeuta educativa Ciara Cuba para profundizar acerca de esta apatía y desmotivación de los niños y adolescentes, y a partir de aquí, mostraros una serie de herramientas para que puedas utilizar con tu hijo o hija.
Si te estás preguntando qué hacer si tu hijo no quiere estudiar, mira la entrevista completa. En ella encontrarás algunos consejos para que, como padre, puedas aportar tu granito de arena en casa.
¿Cómo motivar a un niño o adolescente a estudiar?
Es de suma importancia mantener la motivación en el proceso de aprendizaje del niño o niña. Pero, ¿cómo se puede conseguir esto?
Un paso muy importante es descubrir la causa de esta desmotivación, ya que cada estudiante es un caso concreto. La comunicación asertiva juega un papel fundamental en este proceso.
Otro factor a tener en cuenta es la cooperación que debe existir entre profesorado y familia. Esto afecta directamente en el aprendizaje del niño. En casa es donde se aprenden los primeros pasos, las primeras palabras, así como los valores y costumbres.
Por otro lado, la labor del profesor, consiste en hacer de puente entre el estudiante y el conocimiento. Es decir, lo ideal es que el niño o adolescente se esfuerce y tenga esa satisfacción de haber logrado entender o completar el objeto de estudio.
Entrevista con la psicóloga y Profe Ciara Cuba
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¿Cómo definirías la desmotivación escolar?
La definiría como la pérdida o falta de interés de los estudiantes ante las tareas, actividades, trabajos o talleres, como también ante las clases o solo el hecho de ir a la escuela, por esta idea preconcebida que tienen de que no les va a interesar.
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¿Qué mitos existen cuándo hablamos de alumnos desmotivados?
Por ejemplo, "solamente lo voy a motivar si lo castigo o solo lo voy a motivar si le doy premios." Puede funcionar, si, pero es más probable que funcione para el corto plazo, que no para el largo plazo.
Si se trabaja de una forma distinta con el niño, lo involucras un poco más en las decisiones y le explicas por qué es importante lo que hace o deja de hacer, entonces, si se va a poder ver como en el largo plazo, el niño crea conciencia y cierto grado de responsabilidad. Así, esto le va a dar seguridad y va a desarrollar una motivación un poco más intrínseca.
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¿Por qué razones surge la desmotivación escolar en los niños y adolescentes?
Puede ser la incomprensión. Cuando un niño o un adolescente no entiende lo que tiene que hacer o está haciendo y no se siente capaz. Hay que evitar que ocurra esta indefensión aprendida, que consiste en no esforzarse por nada porque existe la sensación subjetiva de "no tengo la capacidad de hacer esto" y "ni siquiera lo voy a intentar porque no me va a salir". No responden a pesar de que exista la oportunidad real de cambiar esta situación, ya no hay ese intento.
Otra causa puede ser la falta de interés o la falta de sentido. Creen que lo que hacen en el colegio no tiene nada que ver con su vida y por eso no prestan atención. De hecho, a los adultos también nos pasa. Si vienen y me hablan de productos químicos y que si mezclas esto con esto otro… Y no le encuentras un sentido. Pero, en cambio, si te explican que con cierta mezcla de productos químicos, puedes obtener un veneno y que debes tener cuidado porque tienes hijos pequeños, entonces ahí sí pueden llamar tu atención. Esa es un poco la tarea de muchos padres y profesores de encontrarle sentido a lo que están viendo.
También puede ser el nivel atencional muy disperso o tener un diagnóstico de TDAH. Necesitan más atención por parte de los profesores y muchas veces una atención más individualizada. Esto se puede suplir con un profesor particular o una terapia de aprendizaje que le ayude y que le dé métodos para poder atenuar esta falta de atención.
Finalmente, otra causa para la desmotivación escolar es el bullying. El niño que lo sufre no quiere ir al colegio. Ya sea por bullying virtual, donde escriben cosas de otros o ponen fotos y memes burlándose, el bullying físico o el bullying verbal o psicológico.
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¿Qué consejos darías a los padres que quieran prevenir el fracaso escolar de sus hijos?
Tener más conversaciones con ellos, sobre cuáles son sus metas, sus sueños, un poco conocerlos y meterse en su mundo y quizás por ahí, aconsejarlos un poco también.
Por otra parte, ver con el niño cuál fue el fallo. Este es un proceso clave. Cuando algo ocurre, siempre sentarse y ver, todo a través de preguntas, no como una bronca. Es una metodología distinta. Es hacer que él piense; ¿Qué ha pasado? ¿Por qué? ¿Qué harías la próxima vez para evitarlo? ¿Cómo lo harías? Que desarrollen un plan ellos mismos.
Otra herramienta es fomentar la motivación más intrínseca, aquella motivación que viene desde adentro, con actividades que sean más participativas y cooperativas para estimular más su curiosidad.
Reforzar positivamente cualquier pequeño cambio para bien en su conducta. Que si antes se acostaba tardísimo y de pronto un día se acostó a una buena hora, hacerle notar; oye mira, ves que bien que te has acostado a esta hora, ves que te has levantado más temprano, de mejor ánimo… Ese recalcar o reforzar positivamente ayuda mucho.
Transmitir ese deseo de intentarlo para poder ver el error como algo positivo. Cuando los niños perciben el error como parte de este aprendizaje, la visión y perspectiva cambia.
El aprendizaje siempre debe ser significativo y contextualizado. Es decir, estoy estudiando esto, ¿por qué? ¿Por qué estoy haciendo multiplicaciones? ¿Para qué sirven las tablas de multiplicar? Y es como, claro, a ver, vamos a la tienda, vale, yo te doy este dinero, pero la prenda cuesta tanto y estas cosas vivenciales y del día a día nos rodean. Es mucho mejor darle la significación en el momento y que el niño diga, vale quiero aprenderlo porque no quiero que me engañen, por ejemplo.
Que los niños y jóvenes se sientan escuchados y comprendidos. Ver un poco que aprendieron de la pandemia. Quizás darse un tiempo a la semana para poder hablar sobre sus retos, que soluciones asertivas podría dar, involucrarse un poco más.
Otro consejo es ayudarles a marcar objetivos y metas reales. Guiarlos en este camino. ¿Cómo llegarás a este objetivo? ¿Es real? ¿Es viable? ¿Necesitas dinero? ¿Es gratis? Y encarrilar un poco a través de las preguntas. Que él razone y llegue a lo que quiere. Muchas veces ayuda empezar por objetivos fáciles de cumplir y que así gane un poco más de confianza y dividir los objetivos más grandes en pequeños.
El manejo y organización del tiempo. El que un niño o adolescente pueda sentirse capaz de manejar su tiempo y organizarlo les brinda mucha estructura y una sensación de independencia, de poder anticiparse. Empieza a sentir confianza en lo que hace y esto genera una motivación intrínseca, porque viene de uno. Les prepara para la adultez.
Poder incluir actividades de movimiento, de relajación, es muy bueno, les ayudará mucho.
Los últimos consejos serían sentir que cuentan con una red de apoyo, eso es muy importante. Sea familia, sea entrenadores, algún coach, terapeuta, profesor particular, con el que sientan que tienen alguien a quien acudir.
Y finalmente facilitarles las tareas de éxito. Darles pequeñas cosas que ellos puedan lograr y que sientan esta sensación de logro de "me esforcé y lo pude hacer."
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¿Algún mensaje final clave que quieras añadir?
Que antes de corregir, hay que conectar con los niños. Es importante darles el espacio para hablar, tener este espacio nosotros con ellos. Ver qué sienten, qué sueñan, cuáles son sus intereses, que puedan confiar en nosotros. Y por eso conectar antes que corregir. Y enseñar la motivación con nuestro propio ejemplo.
En Profe.com hay algo que tenemos claro; cada proceso de aprendizaje es único, y por eso mismo, es crucial personalizar y detectar el caso individualmente, para después tomar acción con el niño o adolescente.
Porque podemos cambiar el rumbo y motivar a los niños y adolescentes a alcanzar su máximo potencial.
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